HACER FAMILIA
1 marzo 2016
Establece prioridades:
cómo olvidarte del estrés
Celia
Rodríguez Ruiz - Psicóloga clínica sanitaria
A veces, el día a día puede estar cargado de exigencias,
obligaciones, diferentes quehaceres y tareas que se nos acumulan. A menudo es
complicado organizar nuestro tiempo cada día y nos vemos obligados a dejar de
lago algunas cosas, a dejarlas para más tarde, para la semana que viene, el mes
que viene...
Solemos
decirnos a nosotros mismos "cuando termine con esto y me libere de...
tendré tiempo para...." Y pasan los
días, pasan las semanas y continuamos con el mismo argumento. Y al final
gracias a este argumento, a menudo damos prioridad a lo urgente y no prestamos
atención a lo importante, descuidamos así a familiares, amistades, aficiones y hobbies, y lo peor de todo nos descuidamos a nosotros
mismos y a nuestro bienestar.
A
fin de cuentas son las cosas importantes las que alimentan nuestra felicidad y
nuestro bienestar y no aquellas que parecen tan urgentes y nos roban el tiempo
y la atención con demasiada frecuencia.
La sobrecarga de tareas y la absurda sobreexigencia
La
sociedad actual nos envuelve a todos en un ritmo vertiginoso, y nos obliga a
vivir demasiado deprisa sin apenas tiempo. El éxito social hoy en día nos
exige, ser eficientes en nuestros trabajos (los cuales cada vez requieren más
horas y más obligaciones, si no lo haces tú lo hará otro), mantenernos en forma
(lo que implica dedicar tiempo al deporte, gimnasio, etc.), ocuparnos de la
familia, sacar tiempo para los amigos, y sobrevivir en el intento, con días que
solo tienen 24 horas. Establece prioridades para huir del estrés.
Además
la sociedad nos exige ser los mejores en todo, ser los mejores padres y madres,
la mejor pareja, ser los más atentos con nuestros familiares, hacer nuestro
trabajo mejor y más rápido, mantenernos en forma, no coger peso y cuidado con
las canas y arrugas, ocuparnos de la casa, etc. Vivimos en una competición
constante, en la que luchamos contra la naturaleza.
Si
echásemos un vistazo atrás, si recordamos cómo vivían nuestros padres y madres,
o mejor aún nuestros abuelos y abuelas, notaremos una gran diferencia con el
estilo de vida actual. Es cierto que ellos también tenían obligaciones y
tareas, pero a diferencia de nosotros no se sobrecargaban y no se sentían
obligados a ser los mejores en todo. Probablemente pensarían o estén pesando
ahora cuando nos observen que estamos locos intentando forzar nuestras
capacidades, y llegando a límites que tienen sus efectos en nuestra salud actual
y los tendrán en nuestra salud futura.
Errores al establecer prioridades
La
sobrecarga de tareas y la absurda sobreexigencia en
la que estamos inmersos, nos hace esclavos, nos envuelve en el sistema y nos
hace ser al mismo tiempo padecer mucho estrés. Nos convertimos en esclavos de
nosotros mismos, y como es imposible cumplir con todo, comenzamos a seleccionar
y establecer prioridades. Seleccionamos aquellas prioridades que, a priori,
pensamos que nos harán más felices, hacemos primero lo urgente, porque lo
urgente nos llevará al éxito social o laboral, nos llevará a ser los mejores en
esa absurda competición y sin sentido.
Nos
estamos engañando a nosotros mismos, porque nunca tendremos suficiente, siempre
habrá nuevas metas urgentes y al conseguirlas no somos mejores, aparentemente
tenemos más éxito, pero nuestras vidas están vacías de experiencias. Llenas de
éxitos pero vacías, porqué hemos dejado de lado lo importante y ahora no nos
cabe.
Como
consecuencia se desarrollan las epidemias de la sociedad moderna: ansiedad,
depresión, malestar emocional, soledad, dependencia, etc.
¿Cómo podemos aprender a establecer
prioridades?
Establecer
prioridades que nos lleven a lo verdaderamente importante, dejando que ocupe el
hueco que les corresponde. No se trata de dejar de lado lo urgente, sino de
saber qué lugar ha de ocupar cada cosa, y sobre todo de darnos prioridad a
nosotros mismos a lo que nos hace feliz, a lo que nos llena.
1. Aprende a desconectar del trabajo. Es
cierto que puede ser importante para ti, pero recuerda que necesitas descansar
y desconectar, si lo haces podrás rendir más y mejor.
2. Anota una lista con las cosas que
realmente te importan, y recuerda ocuparte de ellas cada día, cada semana. No
se trata de ser el mejor o la mejor, pero sí de ocuparte con calma, es
suficiente con una llamada, con contar un cuento a nuestros hijos, o con apagar
la televisión y hablar con nuestra pareja.
3. Disfruta de esos momentos con calma.
No tienen que ser grandes cosas, ni tenemos que exigirnos son las cosas del día
a día las que nos permiten ser nosotros mismos.
4. Obligaciones: puedes elaborar una
lista y dividirlas en tareas de tipo A (las que tienes que hacer con urgencia,
porque se acaba el plazo), las de tipo B (no son tan urgentes, pero deben hacerse
en un periodo cercano) y las de tipo C (no son urgentes). Dedícate a las tareas
de tipo A en primer lugar, de este modo puedes gestionar tu tiempo de una
manera fácil y atender lo urgente pero con tiempo para lo importante.
5. Dedícate tiempo a ti mismo. No se
trata de tiempo para competir contigo mismo, para ser mejor. A menudo nos
dedicamos a actividades que suponen una competición, se trata de hacer algo que
nos guste, solo por el mero hecho de disfrutar de ello.
6. Aprende técnicas de meditación y mindfulness.